¿Alguna vez has ido a una tienda grande o a un restaurante y has visto un frigorífico o congelador muy grande en el que se puede caminar hacia adentro? Estos se conocen como congeladores y frigoríficos de gran tamaño (walk-in), y son sumamente importantes para mantener los alimentos frescos y seguros para comer.
La recompensa al tener una New Star cámaras de refrigeración para caminar es enorme. Almacenan muchos alimentos, lo que las convierte en una excelente opción para grandes negocios que tienen muchas materias primas que guardar. También se usan para mantener los alimentos a la temperatura adecuada para que no se echen a perder. Esto hace que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo, lo que ayuda a ahorrar dinero y prevenir el desperdicio de alimentos.
Es importante que tomes los pasos adecuados para mantener un cámara frigorífica limpio y debidamente mantenido. También querrás verificar que las juntas alrededor de la puerta estén herméticas y no dejen escapar aire frío. Asimismo, es importante limpiar regularmente el interior del congelador y la nevera para evitar que se forme moho o bacterias.
Y consejos para organizar una New Star cámara fría y congelador puede ahorrar tiempo y garantizar que nada se olvide o se pierda. Puedes colocar etiquetas en los estantes para indicar en dónde se almacenan los alimentos, y debes colocar la carne cruda en la parte inferior para evitar que las gotas contaminen otros alimentos. Además, quizás también desees rotar los alimentos en la alacena para utilizar primero los artículos más antiguos.
Seleccionar el tamaño adecuado del congelador y refrigerador New Star para tu negocio es muy necesario. Quieres que sea lo suficientemente grande para acomodar todos tus alimentos, pero no tan grande que ocupe mucho espacio. También debes considerar cuánta energía consume, lo cual puede impactar en tus facturas de servicios.
El valor de la temperatura regulada en el frigorífico y el congelador de gran tamaño no se puede subestimar. Pero la temperatura correcta es fundamental: los alimentos almacenados o servidos demasiado calientes o fríos pueden permitir que las bacterias crezcan y enfermen a las personas. Deberás confirmar que tu congelador esté a 0 grados Fahrenheit o más frío, y que tu refrigerador esté ajustado entre 32 y 40 grados Fahrenheit.